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En un pequeño pueblo de Ohio, un frío día en la tienda de la esquina dio un giro inesperado para una profesora jubilada de unos 60 años. Como de costumbre, con un poco de esperanza y porque era algo que simplemente hacía, se hizo con un boleto del Powerball. Sin saberlo, era el boleto ganador. Cuando salieron los números, se sorprendió al ver que había acertado todos, incluso la Powerball, y había ganado 50 millones de dólares. Su tradición de más de 30 años de utilizar los cumpleaños y aniversarios familiares para sus números finalmente dio sus frutos de una manera enorme e increíble.

Una celebración del Powerball «Powerball

La ganadora, que prefiere mantenerse alejada de los focos, describió el estremecedor momento en que se dio cuenta. Tuve que comprobar los números unas cinco veces antes de darme cuenta», dijo riendo. «Me senté en la cocina, agarrando el boleto, y no dejaba de darme vueltas en la cabeza: ‘Esto no puede ser real’». Tuvo que ser su hijo quien verificara el boleto para que ella se diera cuenta de la magnitud del premio que le había cambiado la vida. La profesora jubilada sigue siendo la misma de siempre, con los pies en la tierra, incluso después de ganar la lotería. «Esto no es sólo una bendición para mí personalmente; es una oportunidad de compartir esa bendición con los demás», declaró durante una breve entrevista. Años de trabajo en la educación y en la comunidad han forjado su generosa visión del mundo.

Planes para retribuir

Como persona desinteresada que es, la nueva millonaria ya está planeando cómo utilizar sus ganancias para ayudar a los demás. Va a destinar una buena parte del dinero a becas para estudiantes locales porque es algo que le apasiona. «He visto a innumerables jóvenes brillantes y con talento cuyos sueños de una educación universitaria se ven aplastados por el coste». «Si puedo ayudar aunque sólo sea a un pequeño número de ellos a desarrollar todo su potencial, ése es mi objetivo final», explica. Además de las becas, tiene previsto apoyar a organizaciones benéficas que ayudan a niños desfavorecidos a obtener los recursos de aprendizaje que necesitan para triunfar. Espera ayudar no sólo a su comunidad, sino a otras de todo el país. A pesar de su amplia actividad filantrópica, sigue profundamente comprometida con su familia. Con sus queridos nietos en el primer plano de sus pensamientos, está organizando una excursión mágica a Disney World, un sueño largamente acariciado para el que ha ahorrado diligentemente a lo largo de los años. A pesar de la repentina afluencia de riqueza, la ganadora insiste en que su estilo de vida seguirá siendo el mismo. Sus prioridades seguirán siendo su familia, su comunidad y la búsqueda sincera de cambiar el mundo. Aunque es innegable que la ganancia inesperada de 50 millones de dólares ha transformado su vida para mejor, es su profunda humildad y su generosidad sin límites lo que realmente define su carácter.